Es «la buena noticia»
Y esta buena noticia es que Dios envió a su propio Hijo a este mundo para salvar a personas como tú y yo
Quizá te preguntes: ¿Pero para salvarnos de qué? Pues, en pocas palabra, para salvarnos del nuestros pecados y de sus consecuencias.
El pecado es cualquier cosa que esté mal según Dios. ¡Sí, hay muchas cosas así en este mundo nuestro!, ¿verdad? Pero ¡este mundo somos todos nosotros!.
Es verdad que no todas las personas son igualmente malas, pero eso no cambia el hecho de que, ante Dios, todos necesitamos ser salvados.
¿Entonces, cómo podemos ser salvados? – ¿cómo podemos estar en paz con Dios?
Lo primero que hay que decir es que no podemos salvarnos a nosotros mismos – no podemos merecernos la salvación por ser buenos, o por hacer cosas buenas o por practicar alguna religión. Solo hay un Salvador: se llama Jesús, y y él vino para salvarnos. ¿Cómo? Pues, haciéndose uno de nosotros (pero sin ser él pecador), dando su vida por nosotros y luego resucitando de la muerte. ¿Y qué tenemos que hacer para ser salvos?
Arrepentirnos de verdad y confiar en Jesús como el único que nos puede salvar.