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La semilla de mostaza y la levadura

Andrés Birch

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La semilla de mostaza y la levadura

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 25 marzo, 2018

Lucas 13:10-21

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Los invitados a la boda

Andrés Birch

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Los invitados a la boda

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 22 abril, 2018

Lucas 14:1-11

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La parábola de la gran cena

Andrés Birch

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La parábola de la gran cena

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 6 mayo, 2018

Lucas 14:15-24

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¡Perdidos y hallados!

Andrés Birch

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¡Perdidos y hallados!

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 13 mayo, 2018

Lucas 15:11-32

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El mayordomo astuto

Andrés Birch

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El mayordomo astuto

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 27 mayo, 2018

Lucas 16:1-9

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El rico y Lázaro

Andrés Birch

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El rico y Lázaro

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 3 junio, 2018

Lucas 16:19-31

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La viuda y el juez malo

Andrés Birch

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La viuda y el juez malo

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Las parábolas de Jesús según el evangelio de Lucas | Predicaciones

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domingo, 17 junio, 2018

Lucas 18:1-8

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Es «la buena noticia»

Y esta buena noticia es que Dios envió a su propio Hijo a este mundo para salvar a personas como tú y yo

Quizá te preguntes: ¿Pero para salvarnos de qué? Pues, en pocas palabra, para salvarnos del nuestros pecados y de sus consecuencias.

El pecado es cualquier cosa que esté mal según Dios. ¡Sí, hay muchas cosas así en este mundo nuestro!, ¿verdad? Pero ¡este mundo somos todos nosotros!.

Es verdad que no todas las personas son igualmente malas, pero eso no cambia el hecho de que, ante Dios, todos necesitamos ser salvados.

¿Entonces, cómo podemos ser salvados? – ¿cómo podemos estar en paz con Dios?

Lo primero que hay que decir es que no podemos salvarnos a nosotros mismos – no podemos merecernos la salvación por ser buenos, o por hacer cosas buenas o por practicar alguna religión. Solo hay un Salvador: se llama Jesús, y y él vino para salvarnos. ¿Cómo? Pues, haciéndose uno de nosotros (pero sin ser él pecador), dando su vida por nosotros y luego resucitando de la muerte. ¿Y qué tenemos que hacer para ser salvos?

Arrepentirnos de verdad y confiar en Jesús como el único que nos puede salvar.